22 de septiembre de 2011

Turismo Cultural: en los pueblos de Tucuman, Reseña por su valor Historico..

MONASTERIO BENEDICTINO DE CRISTO REY

  Fue fundado por la Abadía del Niño Dios en 1956 en El Siambon. En aquel entonces, la Comunidad de la Abadía del Niño Dios, de Victoria, Entre Ríos, contaba con mas de 80 monjes que buscaban donde enjambrar.
Es así como surgen propuestas de varios obispados del país, entre ellas la de Monseñor Juan Carlos Aramburu, Obispo de Tucumán que deseaba enriquecer la vida espiritual de su diócesis con la presencia de la vida monástica.
En comunión con el Obispo, las familias Paz Posse- Alurralde, Paz Posse Rouges, ofrecieron generosamente las tierras donde hoy se levanta el Monasterio.
En 1955, llego el primer contingente de cuatro monjes para preparar la fundación y comenzar a construir el monasterio. Un año mas tarde, ya se había levantado una parte, indispensable para que pudiera instalarse parcialmente la totalidad del grupo fundador, 16 monjes, incluido los pioneros.
        
 A fines de 1960 se había terminado lo esencial del Monasterio con la construcción del ala este, la hospedería, que une a la iglesia con el ala norte.
En 1964, el reconocido artista porteño Ballester Peña realizo las pinturas murales de la iglesia el Cristo Rey Resucitado glorioso en el frente y la Virgen con el niño en el lateral sur.
En el año 2003, el padre Rubén Leikan, monje de la Abadía del Niño Dios, pinto la imagen de San Benito, creando un espacio artístico equilibrado entre las imágenes.
El ritmo de la jornada monástica es el normal de toda comunidad benedictina dedicada a la vida común y fraterna, expresada en la liturgia y la oración personal, la rumia de la palabra de dios, el trabajo manual y el estudio, poniendo énfasis en la formación de los jóvenes monjes y de los aspirantes que Dios va llamando.
Otro aspecto importante de la irradiación espiritual del Monasterio es el servicio pastoral de las Hermanas del Buen Pastor, quienes además de Casa de Retiro, atienden a toda la catequesis, en la preparación de los bautismos, primera comunión, confirmación, matrimonios y visitas a las familias según las necesidades espirituales o materiales.
Las hermanas organizan talleres donde se aprenden diversas manualidades o se tratan temas culturales.
Por otra parte, en una sala de la misma casa, se ha organizado la atención a los vecinos brindada gratuitamente por un grupo de médicos homeópatas.
La economía esta organizada no solo por la propia subsistencia, sino también en vista a la promoción del vecindario brindando fuentes de trabajo a través de la forestación de la tierra, fabrica de dulces, del colmenar, de los talleres y del nuevo laboratorio de cremas  fitoterapicas.
Estos monjes son de clausura y el monasterio esta construido en piedra y madera del lugar.
Se destaca la capilla por su sencillez y luminosidad. En se interior  se realizan novenas, bautismos y comuniones.
En la entrada hay un puesto de venta de los tradicionales productos que los monjes preparan desde varias décadas, como licores, jaleas, dulce de leche y miel, dulces de cayote, naranja, pomelo y membrillo.
Cuenta el monasterio, con una biblioteca y el refectorio
En los  campos circundantes, las labores agrícolas y ganaderas están imaginadas para lograr el autoabastecimiento.
Muy cerca del Monasterio, una cancha de golf invita a disfrutar de sus greens rodeados de selvas y pronunciados desniveles, junto a un country que satisface las exigencias del confort.

Fuente: tucumanturismo.gob.ar

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